Estamos acostumbrados a asociar al verano con actividad al aire libre, bikinis y bronceado, mientras que al invierno lo relacionamos con maratones de series, abrigos y comidas contundentes. Sin embargo, el cuerpo de verano se comienza a trabajar desde el invierno: Necesitamos un balance que nos permita mantenernos en forma durante todo el año, compensando los excesos de los meses fríos y disfrutando los frutos del esfuerzo cuando calienta el sol.
Pero, ¿qué hacer cuando el clima es la excusa perfecta para no ejercitarnos? No poder salir a correr no debe ser impedimento para movernos. De allí la importancia de contar con recursos y la motivación para ejercitarnos en casa.
Los gimnasios de nuestros edificios son grandes aliados para mantenernos en forma durante la temporada invernal, pues contamos con espacio y equipamiento suficiente para hacer lo mínimo necesario, al menos 3 veces por semana: Caminar o correr en la trotadora durante 30 min y sesiones de abdominales, sentadillas, flexiones y estiramiento. Lo importante es variar las rutinas para abarcar la mayor cantidad de grupos musculares, durante al menos una hora para liberar las endorfinas que nos ayudarán a sobrellevar los días grises del invierno.
Algunos nuevos edificios de departamentos ofrecen una ventaja importante para aquellos habitantes que hayan asumido el compromiso de mantenerse activos, ofreciendo equipamiento para entrenamientos funcionales además de las tradicionales e imprescindibles máquinas. Quien haya tenido la oportunidad de hacer remo o flexiones con el TRX, sentadillas sobre el Bosu o estocadas con la Barra fija, sabrá de la intensidad y excelentes resultados que reportan los ejercicios funcionales. Combinados con pesas y rutinas aeróbicas, resultan ideales para practicar en la modalidad indoor y bajo un esquema de horario flexible.